¿Bailamos?

Creo que ni siquiera fui capaz de parpadear cuando sus labios me propusieron aceptar aquel baile. Estaba tan ensimismada observando su boca moverse y anticipándome a una nueva réplica con la que echarle en cara sus mil impertinencias, que no aprecié con claridad el segundo en el que su respiración comenzaba a acariciar cada tramo de mi piel. Pude sentir el choque contra sus piernas de trazo imposible cuando, en un gesto o arranque pasional no premeditado, me tomó por la cintura y anexionó su cuerpo al mío como resultado del inexplicable deseo frenético que parecían manifestar sus ganas de mí. Me aproximé para degustar aquella armonía de ternura con apenas un roce pero, me pareció tan complicada y desconocida, que no supe cómo seguir y ella pareció advertirlo.

—Déjame a mí llevarte, Kate.

—Es que hace mucho tiempo que no hago esto y...

—Tranquila—murmuró entre un compás y otro de besos dulces y sonoros—. Es como montar en bicicleta... pero mucho mejor.

En cuanto Meghanne se detuvo, inexplicablemente, rompí a llorar. El impulso siguiente fue el de abrazar con fuerza su cuerpo hasta estar segura de haberme resguardado por completo de la realidad que envolvía a la escena que acababa de darse por concluida en aquel preciso instante. Por primera vez en la vida, me concentré en seguir el rastro de su aroma impregnado en el cuello de su camisa hasta el primer pliegue de piel que encontré a mi alcance; y allí deposité ordenadas mis ganas, mi nariz y mis lágrimas hasta que fui capaz de asimilar el hecho de que me aferraba contra un cuerpo medio desnudo infinitamente semejante al mío. Percibía la voluptuosidad de sus pechos mullidos encajados en mi torso, las puntas de su melena azabache barriendo mi frente y sus caderas delimitadas por el hueso de la pelvis arañando mi contorno. [...]

— ¿Por qué me haces esto a mí?—balbuceé tratando de controlar el cúmulo de sudoraciones, náuseas y temblores que vinieron después; cuando fui plenamente consciente de lo que acababa de hacer e intentó volver a bailar el mismo vals de antes—. ¿Por qué a mí?

—Porque eres incapaz de hacértelo a ti misma.

Как я люблю тебя

Creo que tod@s os acordaréis de la dulce Katie y que, por supuesto, carece de sentido decir de quién se trata. Os dejo una de las escenas que seguro much@s habréis imaginado infinidad de veces, esperando que esté a la altura de las circunstancias. Espero que os guste.